Cuando pienso en una novela ambientada en la Segunda Guerra Mundial, siempre me viene a la cabeza alguna que tenga como eje central la pesadilla vivida por los judíos: campos de concentración, persecución, dolor... pero ¿qué pasa con los alemanes que también vivieron su propio infierno en aquella guerra que les fue impuesta?
Nº de páginas: 440
Editorial: Maeva
Idioma: Castellano
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788417708665
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UNA TRAMA INTENSA DE SUPERVIVENCIA Y ESPERANZA
Una mujer lucha por sacar adelante a su familia mientras el amor y la amistad se abren paso en tiempos de guerra.
Una tarde de otoño en Barcelona, a Violeta, la madre de la autora, le comunican la muerte de su hermano Víctor. Y con la noticia llega la gran revelación: Víctor era adoptado.
En 1942, Ilse, viuda de un aviador de la Luftwaffe y madre de seis hijos, entre ellos Violeta, regresa al pueblo de Baviera en el que pasó los veranos de su infancia. Desea alejar a sus hijos de la guerra, pero a su llegada se encuentra con la mansión familiar reconvertida en hospital militar y tiene que acomodar a su familia en una humilde cabaña en el monte.Mientras a su alrededor el país se desmorona, los niños crecen y viven experiencias que los harán madurar deprisa.
En 1942, Ilse, viuda de un aviador de la Luftwaffe y madre de seis hijos, entre ellos Violeta, regresa al pueblo de Baviera en el que pasó los veranos de su infancia. Desea alejar a sus hijos de la guerra, pero a su llegada se encuentra con la mansión familiar reconvertida en hospital militar y tiene que acomodar a su familia en una humilde cabaña en el monte.Mientras a su alrededor el país se desmorona, los niños crecen y viven experiencias que los harán madurar deprisa.
Ilse, una madre luchadora y una trabajadora eficiente que utiliza sus conocimientos como comadrona para ayudar en el hospital, también es una mujer joven que, a pesar del caos imperante, vivirá una intensa historia de amor.
Partiendo del descubrimiento de que su tío Victor no era en realidad de la familia de nacimiento y que tampoco se llamaba Víctor, la autora nos narra en Los juguetes de la guerra la historia de Ilse, su propia abuela durante los terribles años de la Segunda Guerra Mundial.
Ilse es una joven alemana que, aunque de apariencia frágil, demuestra tener una gran fortaleza y voluntad. Obligada a huir con sus seis hijos a su antigua casa de veraneo descubre que esta ha sido tomada por los alemanes como hospital militar y deben trasladarse a una destartalada cabaña en la montaña. La vida allí no es fácil (tampoco lo era antes cuando tenía que sufrir los abusos de su marido) pero lo importante es que están juntos.
En ese casi idílico pueblo de Baviera, los habitantes pasan hambre y penurias porque han de compartir sus escasas pertenencias con los soldados alemanes. Entre ellos se encuentra Dante, el doctor. Un hombre inteligente, bueno y entregado que solo desea ayudar a los enfermos, sean de la religión o raza que sean.
En esta historia, nos enfrentaremos al horror de la guerra: niños judíos solos y perdidos, abandonados a su suerte, despojados de su identidad. Nos encontraremos con soldados americanos que quieren ayudar y que luchan por darles identidad. Pero también nos encontraremos con soldados alemanes a los que no les gusta lo que deben hacer, que no comparten los ideales de sus compañeros, soldados que sufren y mueren, con un pueblo que lucha por sobrevivir y que intenta encontrar la normalidad en mitad de tanto horror. Y ¡oh sí! también nos encontraremos con alguna alimaña, alguna persona que encuentra en esa desolación la mejor forma de escalar puestos... Todo un mosaico de personajes que no dejarán indiferente a nadie, y es que la guerra destrozó toda clase de familias: alemanas y judías.
No es la primera vez que digo que los primeros en ser conquistados por los nazis fueron los propios alemanes. No todos (quiero creer que la gran mayoría) estaban a favor de un régimen que consideraba la raza aria como fin último de la humanidad y que veía a los judíos como los grandes enemigos de su supremacía.
Prefiero creer que la mayoría de los soldados fueron obligados a luchar en una guerra que consideraban injusta y con la que no compartían ideales. El pueblo, sumido en la tristeza, el hambre y el racionamiento, prefirió no ver, no oír y no hablar para sobrevivir y permitiendo así que los estragos de la guerra fuesen aún mayores y que la persecución y el exterminio judío fuese mucho mayor.
Me ha gustado mucho encontrarme con una historia que no solo se centra en el dolor de los judíos (en este caso el de los niños judíos) sino que también nos hace ver la otra cara, la de los ciudadanos y soldados alemanes.
No es fácil lograr que al pensar en una novela ambientada en esa desgarradora guerra uno piense ¡qué historia más bonita! Y Carolina Pobla lo consigue. Porque es una historia muy emotiva, que te engancha y te atrapa, con unos personajes tan bien perfilados que se sienten reales (recordad que la historia está basada en la familia de la autora). En más de una ocasión cuesta tragarse el nudo que se forma en la garganta o aguantar las lágrimas, porque se sufre con los personajes, con sus vivencias, con su sufrimiento.
De verdad que sí, esta es una novela histórica de las buenas. De esas que se recomiendan y que se recuerdan con el paso del tiempo. Así que desde aquí os la tengo que recomendar porque yo la he disfrutado muchísimo y los personajes y sus historias me han llegado al corazón (os dejo aquí enlace a las primeras páginas para que empecéis a saborear esta gran historia)
Besotes y Felices Lecturas
Ilse es una joven alemana que, aunque de apariencia frágil, demuestra tener una gran fortaleza y voluntad. Obligada a huir con sus seis hijos a su antigua casa de veraneo descubre que esta ha sido tomada por los alemanes como hospital militar y deben trasladarse a una destartalada cabaña en la montaña. La vida allí no es fácil (tampoco lo era antes cuando tenía que sufrir los abusos de su marido) pero lo importante es que están juntos.
Ilse y sus seis hijos |
En esta historia, nos enfrentaremos al horror de la guerra: niños judíos solos y perdidos, abandonados a su suerte, despojados de su identidad. Nos encontraremos con soldados americanos que quieren ayudar y que luchan por darles identidad. Pero también nos encontraremos con soldados alemanes a los que no les gusta lo que deben hacer, que no comparten los ideales de sus compañeros, soldados que sufren y mueren, con un pueblo que lucha por sobrevivir y que intenta encontrar la normalidad en mitad de tanto horror. Y ¡oh sí! también nos encontraremos con alguna alimaña, alguna persona que encuentra en esa desolación la mejor forma de escalar puestos... Todo un mosaico de personajes que no dejarán indiferente a nadie, y es que la guerra destrozó toda clase de familias: alemanas y judías.
No es la primera vez que digo que los primeros en ser conquistados por los nazis fueron los propios alemanes. No todos (quiero creer que la gran mayoría) estaban a favor de un régimen que consideraba la raza aria como fin último de la humanidad y que veía a los judíos como los grandes enemigos de su supremacía.
Prefiero creer que la mayoría de los soldados fueron obligados a luchar en una guerra que consideraban injusta y con la que no compartían ideales. El pueblo, sumido en la tristeza, el hambre y el racionamiento, prefirió no ver, no oír y no hablar para sobrevivir y permitiendo así que los estragos de la guerra fuesen aún mayores y que la persecución y el exterminio judío fuese mucho mayor.
Me ha gustado mucho encontrarme con una historia que no solo se centra en el dolor de los judíos (en este caso el de los niños judíos) sino que también nos hace ver la otra cara, la de los ciudadanos y soldados alemanes.
No es fácil lograr que al pensar en una novela ambientada en esa desgarradora guerra uno piense ¡qué historia más bonita! Y Carolina Pobla lo consigue. Porque es una historia muy emotiva, que te engancha y te atrapa, con unos personajes tan bien perfilados que se sienten reales (recordad que la historia está basada en la familia de la autora). En más de una ocasión cuesta tragarse el nudo que se forma en la garganta o aguantar las lágrimas, porque se sufre con los personajes, con sus vivencias, con su sufrimiento.
De verdad que sí, esta es una novela histórica de las buenas. De esas que se recomiendan y que se recuerdan con el paso del tiempo. Así que desde aquí os la tengo que recomendar porque yo la he disfrutado muchísimo y los personajes y sus historias me han llegado al corazón (os dejo aquí enlace a las primeras páginas para que empecéis a saborear esta gran historia)
Besotes y Felices Lecturas
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