viernes, 6 de septiembre de 2019

Reseña: "Ocho millones de dioses", David B. Gil


Hay novelas bien escritas, novelas muy bien escritas, novelas muy muy bien escritas y luego está Ocho millones de dioses de David B. Gil.

Nº de páginas: 624
Editorial: Suma de letras
Idioma: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa Blanda
ISBN: 9788491293620

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"Un hombre de fe obligado a desentrañar los más terribles crímenes, un joven samurái erigido en su protector, un viaje a través de un país castigado por siglos de guerra.

Toledo, 1579. El padre Martín Ayala recibe la inesperada encomienda de regresar a Japón -el país donde se formó como sacerdote y misionero- diez años después de ser apartado de la misión por su relación ilícita con una joven japonesa. Alguien está asesinando con ritual crueldad a los padres cristianos en dichas costas. Ayala, considerado el máximo conocedor del idioma y las costumbres niponas en el seno de la Iglesia, deberá desentrañar las razones que se ocultan tras estas muertes.

Japón, año 7 de la Era Tenshô. Kudô Kenjirô, hijo de un samurái rural, es elegido para una ingrata labor: proteger a un extranjero llegado con la intención de investigar unos crímenes inciertos. Kenjirô pronto descubrirá que fuerzas extrañas conspiran para que el visitante no lleve a buen puerto sus pesquisas. Juntos recorrerán un Japón devastado por la guerra y emponzoñado por las conspiraciones. A medida que el jesuita se reencuentra con su pasado, el curso de la investigación se desvelará fundamental no solo para la pervivencia de la cristiandad, sino para el propio futuro del país."


David B.Gil nos traslada al Japón del siglo XVI de la mano del padre Martín Ayala, un antiguo misionero cristiano conocedor tanto del idioma como de la cultura japonesa, que es requerido por la cúpula de la iglesia para investigar los macabros asesinatos  de varios misioneros en el país nipón. Para tal fin se le asigna la ayuda y escolta de un jovencísimo pero muy capaz samurái, Kudô Kenjirô.

En su largo peregrinar tras la pista de los asesinatos, ambos personajes compartirán una serie de vivencias donde en más de una ocasión la vida de ambos estará en peligro y forjarán una gran amistad basada en el respeto. la valentía, el honor y la camaradería.

Durante toda la novela iremos conociendo a ambos personajes a la vez que también ellos van conociéndose: sus miedos, sus penas. sus costumbres, su religión.  Somos espectadores en primera fila del nacimiento y consolidación de una amistad sincera y leal y consiguiendo así que les cojamos un gran cariño tanto a Martín Ayala como a Kenjirô.


Soy muy consciente de lo difícil (para mi, imposible) que es reflejar en una simple reseña la gran profundidad de esta novela. Y soy más consciente todavía de lo difícil que me va a resultar explicaros a qué me refiero cuando digo que es una novela profunda.

Veréis, no es solo por la gran moraleja final de que hay que respetar todas las costumbres y religiones (como hacen ambos protagonistas), ni que la amistad surge donde menos te la esperas, o que los poderosos hacen lo que quieren o que a la iglesia solo le importa realmente el dinero que gana con el comercio... sino que hay todo un mundo de vivencias, olores, sabores... alrededor. Los personajes son tan complejos y profundos que, como cualquier persona real, sentimos que tienen un pasado y tendrán un futuro aunque nosotros no estemos presentes.

Hay muchas novelas que se centran en el misterio a resolver y, aunque nos presentan a los personajes y nos hablan de su pasado y de sus miedos, su mundo, en realidad, va poco más allá de la resolución del crimen. Pero aquí, no es así. La historia que nos trae David B. Gil está tan bien elaborada que nos da la sensación de estar ante un mundo real. No hay nada que sea superfluo, todo pasa porque tiene que pasar y aporta algo a la historia y enriquece a los personajes, conocemos de éstos pequeños detalles que los hacen casi reales.


Se nota que el autor es un verdadero amante de la cultura japonesa (no es su primera novela ambientada en Japón) y que se ha documentado muchísimo (de hecho, el primer tercio de la novela está lleno de notas a pie de página con explicaciones de las diferentes costumbres, deidades, armas, herramientas... que se van nombrando).

Ocho millones de dioses es sin duda una novela muy (pero que muy) bien escrita, con un desarrollo tanto de la historia como de los personajes magistral y con un uso de la legua extraordinario. Y no, no es una novela que se lea rápido. Hay que tomarse su tiempo para situarte, sobre todo al principio, en ese Japón del siglo XVI lleno de ritos, rivalidades y dioses.

En fin, podría seguir hablándoos de la novela: que si se centra en hechos históricos reales, que si retrata a la perfección la lucha por controlar el comercio portuario, las batallas, la dura vida de los campesinos...  pero creo que sería más fácil resumir mi opinión con una frase que le dije a mi marido cuando terminé de leer: "Menuda pedazo de novela".

¿Queda claro que os recomiendo su lectura?

Besotes y Felices Lecturas

6 comentarios:

  1. Vaya reseña espectacular. Quiero leer este libro sin ningún tipo de duda. Gracias cariño...

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    1. ¡Gracias! Me alegra que te guste la reseña y te animes a leer la novela.

      Besotes

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  2. Me ha encantado la reseña, me parece muy completa. De entrada no me llamaba mucho el libro pero creo que me animaré que seguro que merece la pena y me gusta. bsts

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    1. Me alegra que te guste la reseña y espero que te animes a leer la novela.

      Besotes

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  3. Un libro bien escrito y perfectamente documentado. El autor realiza un alarde de conocimientos sobre Japón que resulta extraordinario. La trama se desarrolla bien y la acción discurre con normalidad, con algunos intermedios temporales necesarios. Quizá otros estén fuera de contexto a mi modesto entender. Una obra que se lee bien y rápidamente a pesar de su extensión. Si hay que poner algún reparo, y siempre desde la crítica constructiva, entiendo que el personaje principal bebe de muchos estereotipos y no tiene una personalidad demasiado definida. Por otro lado, los crímenes que sirven de hilo conductor quedan resueltos parcialmente y de modo algo inconsistente. Quizá el autor pensó que el baño de cultura japonesa merecía mayor atención que los crímenes en sí. Un saludo.

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    1. Coincido contigo. Está muy bien escrito y el misterio es menos importante que el reflejo de las costumbres y del modo de vida de la época y de la cultura japonesa.

      Besotes

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